... la misma conclusión una y otra vez después de pensar y reflexionar y volver a pensar y reflexionar en lo mismo, escribir, has de escribir, es el día, pero las palabras vuelan, volaron, cruzaron el semáforo y se escaparon por el hueco del ascensor, silbando a través de cerraduras, de los orificios nada obturados en las botellas de perfume, porque son juguetonas, y resbaladizas, y me guiñan el ojo sin querer, porque las persigo, y hay días en que las obligo a sentarse a mirar la tele conmigo, que les digo "Quietas, aquí, a mi lado, el mando, tres de octubre, coge el teléfono", y es entonces cuando me doy cuenta que el tres de octubre dejó de serlo hace ya cuatro años, y de que no hay suficientes palabras ni suficientes puntos seguidos para decirte lo mucho que...
Un beso, papa.
4 comentarios:
No hay suficientes palabras, no.
Ni siquiera tras cuatro años.
Quedan los incontables puntos suspensivos que evocan todas las palabras oportunas.
Un abrazo.
No importan los años, nunca hay suficientes puntos suspensivos, ni suficientes palabras, ni suficientes lágrimas tampoco.
Un petó i una abraçada enorme
...pero cada tres de octubre, bien con historias de pesca, recuentos de sonrisas o relatos que hablan del trayecto que recorren las palabras, consigues que quien fue siga siendo.
y eso es un mundo entero.
un abrazo
lo mucho que...
lo recordamos, que lo necesitamos, que lo añoramos, que lo lloramos, que lo echamos de menos, que lo queremos, y así será siempre pues fue vida de nuestra vida y siempre formara parte de ella.
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