27 de noviembre de 2009

El momento Northingale (7)

7
Mike Giardini era algo así como un sepulturero de oficina. En la trigésimo cuarta planta. Nunca había fallado el ascensor. La demostración palpable de que las cláusulas “Northingale” de los nuevos contratos funcionaban. Hoy, había que ser un valiente para crear tu propia empresa de ascensores.
Su despacho - básicamente escritorio, iPod y ordenador - en la sección 21B era austero: no olía a nada. Él tampoco olía a nada, a pesar de moverse entre podredumbre: blogs, cuentas de correo, cuentas de redes sociales en la red, nombres de usuarios registrados en páginas web, páginas personales... Todo inerte. Inactivo. No olía a nadie. ¿Qué hay detrás de aquel blog no actualizado en los últimos 24 años? Leer esas últimas líneas escritas por aquel blogger desconocido, desaparecido, era algo así como hurgar en la intimidad de algo que ya no existe. Sofía B., por ejemplo, dejó de tener mensajes de sus contactos personales en facebook 3 años y 4 meses atrás; Mike Giardini -gracias a la directiva Northingale por el medio ambiente y la sostenibilidad de internet y sobre derecho de acceso a servidores con información personal - pudo comprobar que tampoco había ningún mensaje personal, recibido o enviado, en todo aquel período de tiempo. ¿Qué se había hecho de la vida de Sofía B.? ¿Y de Jonas J.? ¿O de Lalalalala-ala-de-tres? Hay cuentas inactivas en yahoo desde hace décadas. Se puede desaparecer del mapa con mayor discreción en internet que en el sofá de tu casa. Allí sí que olería. Y la directiva Northingale por la ecología y el medio ambiente, contra la contaminación atmosférica obliga a evacuar residuos orgánicos o virtuales potencialmente putrefactos antes del transcurso de 24 horas desde la última actividad vital emprendida por el cuerpo o su materia gris o su disco duro.
Mike Giardini admiraba a Joseph Northingale: todo un símbolo para su generación, el guía espiritual de una nueva filosofía con la que construir y entender el mundo, un ecologista convencido. Han pasado 73 años desde su muerte, y acertó en sus últimas teorías: tal y como ocurriera en siglos pasados con la escasez de recursos como el agua, el aire o el suelo, el espacio en internet también se ha convertido en un recurso escaso y preciado.
Mike Giardini es un basurero en la red, eliminando lugares recónditos on line. Mike Giardini admiraba a Joseph Northingale, pero cada día se sentía un poco más solo.

2 comentarios:

Joseph Cartaphilus dijo...

Buenísimo.

Eso y que me gusta tu cambiodevestuario es lo único que voy a decir, no sea que lo que añada no aporte nada más.

ybris dijo...

Premonitorio.
Acabaremos extendiendo el ecologismo a la Red por aquello de la basura acumulada.
Y todos los Mikes Giardinis serán imprescindibles. Tanto como insuficientes.

Abrazos.