La batalla del intelecto contra la descomposición de la
materia.
Cuerpo y hogar: prisión, cadena, frontera infranqueable.
El interludio como salto en la
enfermedad:
Anne toca el piano en el recuerdo de Georges;
Los cuadros -esos cuadros- en silencio, únicos testigos de un amor multiforme, ciego, apasionado, egoísta, violento, sincero.
Una topología del amor.
Una topología del amor.
La última conversación siempre lúcida: la lucidez de una vida en palabras mal pronunciadas.
La condición real de lo matérico, la casa
vacía.
La oscuridad se sugiere.
Y los cuadros,
esos cuadros.
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