"Sobre los
libros como objetos, como cosas, sobre las librerías como restos arqueológicos
o traperías o archivos que se resisten a revelarnos el conocimiento que poseen,
que se niegan por su propia naturaleza a ocupar el lugar en la historia de la
cultura que les corresponde, sobre su condición a menudo contra-espacial,
opuesta a una gestión política del espacio en términos nacionales o estatales,
sobre la importancia de la herencia, sobre la erosión del pasado, sobre la
memoria y los libros, sobre el patrimonio inmaterial y su concreción en
materiales que tienden a descomponerse, sobre la Librería y la Biblioteca como
Jano Bifronte o almas gemelas, sobre la censura siempre policial, sobre los
espacios apátridas, sobre la librería como café y como hogar más allá de los
puntos cardinales, el Este y el Oeste, Oriente y Occidente, sobre las vidas y
las obras de los libreros, sedentarios o errantes, aislados o miembros de una
misma tradición, sobre la tensión entre lo único y lo serial, sobre el poder
del encuentro en un contexto libresco y su erotismo, sexo latente, sobre la
lectura como obsesión y como locura pero también como pulsión inconsciente o
como negocio, con sus correspondientes problemas de gestión y sus abusos
laborales, sobre los tantos centros y las infinitas periferias, sobre el mundo
como librería y la librería como mundo, sobre la ironía y la solemnidad, sobre
la historia de todos los libros y sobre libros concretos, con nombres y
apellidos en sus solapas, de papel y de píxeles, sobre las librerías
universales y mis librerías particulares: sobre todo eso versará este libro,
que hasta hace poco estaba en una librería o una biblioteca o la estantería de
un amigo y que ahora pertenece, aunque sea provisionalmente, lector, a tu
propia biblioteca.
Es decir, que
acaba de salir de una heterotopía para penetrar en otra, con los consiguientes
cambios de sentido, con las consecuentes alteraciones de significados.
(...)
Cada librería
condensa el mundo."
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