vagón
viajo sentado, claro,
con el zumbido de unos
auriculares de regalo,
corcheas y semicorcheas de ruido
que transpiran los poros
en líquido/sonoro sudor.
todos...
ropa húmeda,
pero no hay música
en los oídos.
una nota mira sus uñas,
media melena
y acople de destellos
rubios,
piel
y pentagrama suave,
ojos
de cuerdas sabor miel,
sonrisa
en un tambor pequeño.
llego tarde,
es otoño,
la calor huele a música
mordiéndose las uñas.
nos miramos.
14 comentarios:
Una descripción inquietante. Asusta que hasta los ángeles se muerdan las uñas. Saludos cordiales.
Esas casualidades, esas miradas, esa magia que solo sabe captar un instante que no se repetira nunca. Me ha gustado tu poema...
¡Ah, querido!
El metro nos obliga a observar. Y observar es peligroso, porque aparecen y desaparecen ángeles que te dejan un hueco en el estómago.
Un beso.
Usted, lo que es es un golfo
Descarado
Se feliz
que suave el metro de la ciudad condal,
que tranquilidad la de la gente
ojalá encuentre a otro angel con uñas mordidas y sonrisas en los ojos.
Un abrazo!
Una mirada tímida, secreta, delicada, colmada de sensaciones secretas; todo en sólo un par de segundos...Qué maravilla...
qué final tan bonito, de esos que te dejan imaginando el resto. Un bello poema, un corto precioso.
parece mentira que esas cosas pasen en ese lugar de gente apelotonada y estresada :P
muchos besos!
Eso es un vagón de la Linea 2? Me parece que una que se ve al fondo soy yo.
Zumbidos, sudor...
Los vagones son así.
Menos mal que al final existen las miradas.
Espléndido.
Abrazos.
Menos mal que existen esos momentos mágicos siempre envueltos de música...
Cuando menos te lo esperas.
preciosa balada de otoño en la ciudad.
besiños
siloam
Resulta bonito encontrarse por la mañana con una de esas miradas, instante fugaz que sabes que no volverá pero consigue hacerte empezar el día con buen pie :)
En junio pasado sentì, antes de subir que encontraria en el metro al amor de mi vida, a poco de estar subieron dos muchachos, luego entablamos conversa, es larga la historia, fue maravillosa, solo que él no se animó a pedirme el tel y yo tampoco a darselo, y me bajè y no lo volví a ver snif! pero fue mágico, cada vez que subo a esa línea miro, estarà hoy?
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