7 de febrero de 2009

Pulp Fiction



No hay teclas en la calculadora que definan el baile.
La multiplicación de π2 por cualquiera de los divisibles del último número entero de este poema define la canción,
libre,
con la que John Travolta concede este baile al mundo.
El mundo es una novela barata en la que Nixon elige a los concursantes
y las matemáticas imperfectas suenan en estéreo al cuadrado.
Cuelga un pendiente del home cinema y entra música fresca
por la ventana abierta de cristal.

Home sweet home.
En el cristal líquido de tu mirada Uma Thurman baila
y la calculadora no tiene suficiente espacio en la pantalla para numerarte.
Uma Thurman baila a nuestro lado.
También salimos en esta película.


4 comentarios:

ybris dijo...

Ya me he visto por ahí al fondo.
Gracias a ciertas calculadoras,
a ciertas operaciones matemáticas
a la pareja
y a ti.

Un abrazo.

Clifor dijo...

¿Cuándo veremos una colección de estos poemas en un libro? Me parecen tremendamente interesantes. Sigue así!!

manuel_h dijo...

impresionante esta visión del baile!!

la cónica dijo...

somos seres irracionales, no hay sitio en las calculadoras para nosotros.

me gusta este lugar, volveré. un saludo.