3 de octubre de 2010

VIAJE


Para mi padre Andrés, que nos dejó tal día como hoy, hace 5 años.


Elegir el lugar. Pero es el momento quien te elige a ti, lo cual no deja de ser una ventaja tramposa e insoslayable, injustamente tratada como justa, un discurso en el que el conferenciante habla de destino cuando en realidad sólo trata de eliminar del vocabulario la palabra tiempo. Otro holocausto. En el error vespertino buscaremos la errancia de la próxima mañana: el viaje espacial y temporal donde no exista el destino: sólo el olvido de lo superfluo, las canas de la desmemoria, el abrazo del padre al hijo, del hijo al padre.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ese abrazo,,,cuanta falta hace...Por eso no nos hemos de cansar nunca de dar abrazos a todos los que forman parte de nosotros y gozar de ellos y seguir recordando los que dimos en otro tiempo.

ybris dijo...

Así es.
El tiempo nos elige y no el destino.
Nosotros elegimos abrazar o no.

Abrazos.