Durante el camino, atravesando el desierto de los Monegros, en la oscuridad de una solitaria autopista, la silueta de un zorro se ha dibujado sobre el asfalto. Precioso, pardo, la luz de los faros se ha reflejado en su mirada fija y brillante. Sólo he sido capaz de rodear su belleza y continuar el camino.
La perífrasis es
siempre la mejor de las esperas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario