No existe en los diarios de Franz Kafka ninguna entrada escrita el día 1 de enero, lo cual me parece kafkiano. En cambio sí escribió entradas datadas con fecha 31 de diciembre, y la de 1914 es ciertamente destacable. Relata en ella algo parecido a lo que sería hacer "balance" del año que se quiere ir y confecciona una lista aunque él mismo se siente una vez más un extraño al hacerla: "No sé por qué hago este recuento, no va conmigo."
En realidad es kafkianamente comprensible lo que le ocurre, la vulnerabilidad llama a todas todas las habitaciones interiores, así que todos, en el calor del calmado hogar, caemos en la tentación, y hacemos, balance, listas, recuentos, pensando que poner negro sobre blanco nos ordenará la vida, aunque en realidad será la vida o Max Brod quien nos desordene a nosotros cualquier 1 de enero de los próximos 365 días del año.
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