20 de febrero de 2008

Penthouse



Me acuerdo de aquellas dos tías buenas sentadas en pupitres llenos de muescas,
mientras nos enseñaban trigonometría, inglés, las células por dentro
y también nos hacían leer La isla del Tesoro.
Me acuerdo de aquellas dos tías buenas que todos nos queríamos follar,
aunque aún comprábamos el Penthouse de 250 pesetas,
y el quiosquero que nunca preguntaba cuántos años tienes, majo, abría la caja registradora y nos daba el cambio y la revista,
y todos íbamos al banco a mirar y a reír de placer
gracias a la paga.
Me acuerdo de las dos tías buenas que estaban como un tren,
y sacaban vapor de sus calderas y sabían al combustible que más gustaba
a los más guapos de los otros pupitres que eran
el carbón en las calderas de aquel chico pelirrojo de ojos azules que se llamaba Nacho,
o aquél que era bajo y parecía un saltimbanqui, y era muy flexible y hacía el pino mientras caminaba con las manos,
y eso gustaba a las dos tías buenas porque les hacían reír mucho,
reían mucho,
con el carbón y las cosquillas de vapor.
Todos nos las queríamos follar y ser muescas en sus pupitres
porque estaban muy buenas,
y mirábamos a la pizarra, al profesor, a las dos tías, al cuello, al cabello lacio,
a los dedos apartando el flequillo, a los pechos y a la geometría,
al olor de la tiza señalando culpable culpable culpable, en clase no se habla,
sólo se mira, hasta la hora del patio,
aquel día en que todos hablamos y las seguimos en fila sin bocadillos,
sin hambre,
y ellas se pararon se giraron y se dieron un beso en los labios que duraría nuestra juventud, hasta que decidieron acabar, cuando nos miraron
y nos dijeron creced ya, chicos,
y nos lanzaron el maquillaje polvoriento, el rojo del pintalabios, la pinza del pelo y la mejor de sus sonrisas,
la sonrisa que supo a jazmín y puso fin a los veranos jóvenes del Penthouse.

22 comentarios:

ybris dijo...

Gloriosos tiempos del Penthouse y del Playboy.
Quién no quería follar entonces a quien cayera. Y hasta la extenuación.
Ahora las cosas son algo diferentes, pero no demasiado.

Abrazos

el_Vania dijo...

In PORN we trust!!
Salud/OS!

rfm dijo...

y una lágrima recorre mi mejilla, sergi. qué recuerdos.

Aloia dijo...

Recuerdos universales, perspectivas encontradas...a quién no le ha pasado algo parecido; sin duda poca gente sería capaz de relatarlo con tatna exquisitez

humo dijo...

Mi adolescencia no fue tan dulce: yo era el patito feo de una clase de chicas y nada más que chicas.

Aunque luego me tomé la revancha.

g. dijo...

.....:-)

camaradeniebla dijo...

me ha hecho mucha gracia tu comentario a propósito de la expansión del universo

Esther Cabrales dijo...

Fantástico Sergi. Un relato fantástico. Es ese tipo de personajes de los que hablábamos esta mañana... De los que una se enamora porque son humanos y son fantasmas, y son reales y son sueños.

Pi dijo...

Qué grande Pets!!! qué recuerdos de adolescencia (por la canción)...
PObres compañeritos de clase, recuerdo, cuando sus hormonas los traicionaban y nosotras nos reíamos... era todo tan, tan visual... jejejeje

Anónimo dijo...

Hay veces que el desconcierto que me produce leerte me impide dejarte un comentario, amigo. Ahora sigo sin saber qué decirte. Simplemente caigo rendido a tus pies. Soberbio, el relato. Enhorabuena.

Rocío dijo...

Plas, plas plas, (oígase aquí un estrépito de palmas)

Envidio la capacidad que tienes de hacer belleza de algo tan cotidiano.

Caperucito Lorca dijo...

Qué bien contado, como ya te ha dicho mucha gente un poco más arriba.

En mi época -en la que aún me encuentro quizá- no había Pent de ese. O al menos no lo conocíamos. Pero me has hecho recordar a una revista que encontramos una vez... jajajjajajajjaj. En fin. Tierna adolescencia.

Un saludo!

Déjà vie dijo...

ostia! ha canviat la tematica dl blog? us deixo uns dies i la cosa es posa forta. D tota manera com m'ha quedat molt clar com estaven les ties...:P

Anónimo dijo...

pues recuerdo tener 12 años y una niña d mi colegio de monjas francesas llevó una revista playboy. No escondimos en el basurero dl gran convento y miramos eso "que era ser mujer". Aquellas imágenes me acompañaron años, preguntándome si eran reales o no,porque mi cuerpo nunca obtuvo esas dimensiones. Un amigo y yo lellamamos exualidad mediada. ¿Tú que piensas?

Chan ta ta chan dijo...

Ya hablamos de Lorenzo...

Además, leyéndolo otra vez, he caído en la cuenta de que las niñas gorditas desde luego no provocamos estas sensaciones para recordar posteriormente... que triste, no??

Besote.

Anónimo dijo...

Sergisonic,
Qui té gana, somia pa.

Pregunta:
Vols que t'expliqui que es pot fer amb un Penthouse, una tassa del vàter i els pantalons fins als tormells?

Aclariment:
Realment, en aquest país es folla molt, el problema és que sempre som els mateixos,... tot i que, ben pensat, més que follar, a mí se'm follen. No sé si es sent el mateix,..

sergisonic dijo...

Es que hay cosas que no cambian tanto, Ybris, ni con el tiempo ni con el paso de los años, que no es lo mismo, creo, aunque cómo no van a caer lágrimas, ¿verdad rfm? Lágrimas y lo que sea: eropornosentimentales que somos. La fe, el_Vania, la fe...
Aloia, Humo, g... Una porción de tarta de chocolate de recuerdos, pero, dulce o no, el estanque estaba lleno de patitos dulces, ay, feos, que eran y han sido y son preciosos. Lo de las revanchas a mí se me da algo mal, o muy mal, la verdad. Me alegro de que te hiciera reir mi recuerdo al "universalmente" preocupado Woody, Ana.
¿Todo eso está en el personaje esther? ¿Si se duerme despertará? Gracias mil. Pedazo de canción, MacGver, sí. El amigo Farrell y su botella de vino es lo último bueno que hizo...
Amigo sonámbulo, yo mismo me desconcierto y me mareo cuando me leo en demasiadas ocasiones: un buen antídoto releer a Jazz (esa reseña que no sale...), o tus Vidas a contraluz, o tus no poemas. Sólo de cuándo en cuándo,no te enfades, para no gastarte. No gastes las manos en palmas, Rocío, y gracias. Éstas cosas son atemporales, Caperucito, aunque se gasten algo las páginas (sólo las páginas...) Un saludo sónico!
Déjà vie de vuelta, ándale ándale ándaleee. No, no ha canviat la temàtica del blog, no. De tota manera tampoc l'he tinguda mai clara, així que... Lo de las tías más claro, eso sí. Un petó molt fort de benvinguda!
Mari Mari Mari: sexualidad medida mediandocon las monjitas. La sexualidad, si se mide, es mediante sistemas métricos demasiado subjeticos y personales como para establecer una teoría científica. Creo. Las dimensiones, las páginas, las curvas, las líneas, las redondas, los triángulos... Despiertan la sexualidad. Pues vale. ¿Que a alguien le pone más un equilátero que un isósceles? Grande que es el mundo. Yo nunca fui pelirrojo ni saltimbanqui, y aquellos dos cabrones existieron (cualquier parecido de la realidad con este relato es mera coincidencia, o no). Y esa geometría, en tanto que existía en aquellas páginas de nuestra memoria, existen. Son reales, aunque algunas figuras o ángulos sean de silicona. Un beso, Mari!
Chan ta ta chan, las sensaciones se pueden mostrar de muchas maneras, incluso más profundas. Seguro que tú lo has hecho. Un beso de dijous grrrr.
Edgar-resposta:
el mateix que amb la pantalla d'un ordinador, una cadira d'oficina i els pantalons fins al tormell. per exemple.
follar i ser follats: no es sent el mateix. segur que no. és el joc de la vida. segur que no folles més del que et penses? el millor sempre està per arribar. si més no el misteri.

petons, besos, abraçades y abrazos a todos.
sónicos

sergi

Angus Scrimm dijo...

me ha gustado la agilidad de tu texto y cercanía, pese a que nunca compré nada de porno, si dejé volar la imaginación con nimios detalles

Anónimo dijo...

y dices que las tías estaban buenas ? ;)

besoteeeesss!!!!

sergisonic dijo...

Esos detalles con los que tu imaginación vuela, Angus. Esos son. Se llamen Penthouse, la vecina del quinto, el compañero de trabajo, la niña de trenzas en que uno se fija en 1º de egb, un pájaro comiendo en el suelo dela terraza. Esas nimiedades son también un Penthouse.

Shh... Tías buenas. Bueno, quien lo dice es el narrador... :)

Besos y abrazos desde lejos y desde cerca.
sergi

Anónimo dijo...

Aquellas dos tías, aquellas, estaban clonadas en mi colegio, su coqueteo, la capacidad de calentar las sillas de todos los tíos de nuestra clase, ese beso regalado un día a unos cuantos afortunados en un escondrijo del patio...

Genial y demoledora narración. Un placer.

sergisonic dijo...

Lo mejor es que no son clones, Pejooe. Es la vida y sus habitantes.
Y gracias.
Un saludo.