23 de agosto de 2010

Palabras feas [1]: prestidigitador (y más)


Ejercito el músculo gris del recuerdo, sin ánimo de ofender al ejército prosaico, con el único, humilde y solidario objetivo de poder utilizar palabras feas, una expresión fea en sí misma. Palabras como prestidigitador merecen la entrada de una salida, el aparcamiento de un coche, el alma para la carne. Violo el texto con una arritmia,

mírala

aquí,

y prosigo escuchando el silencio, la objetividad por antonomasia, las hojas pisadas sobre baldosas en los epílogos plurales del XIX.

THE END

(...)


Me levanté del sofá para escribir.

Leí una publicación de fnac, sección Tecnología.

Textualmente leo

hipnotizado,


ASUS X52JB-SX015

HP DV6-3025SS

HP DV6-3038SS

ASUS 1005P

HP 110-30500SS


Nos recuerdo a mi padre y a mí, sentados, hipnotizados por la magia de un señor con chistera en un concesionario de automóviles. Inventaba números, rellenaba un folio con dinero ficticio y tinta azul, con finos ademanes y juegos de manos. Dicen que es la añoranza del mago, la hipnosis del recuerdo.



1 comentario:

ybris dijo...

Ya es mágico extraer recuerdos a partir de códigos alfanuméricos.
Sabia prestidigitación de las palabras.

Abrazos.