Ejercito el músculo gris del recuerdo, sin ánimo de ofender al ejército prosaico, con el único, humilde y solidario objetivo de poder utilizar palabras feas, una expresión fea en sí misma. Palabras como prestidigitador merecen la entrada de una salida, el aparcamiento de un coche, el alma para la carne. Violo el texto con una arritmia,
mírala
aquí,
y prosigo escuchando el silencio, la objetividad por antonomasia, las hojas pisadas sobre baldosas en los epílogos plurales del XIX.
THE END
(...)
Me levanté del sofá para escribir.
Leí una publicación de fnac, sección Tecnología.
Textualmente leo
hipnotizado,
ASUS X52JB-SX015
HP DV6-3025SS
HP DV6-3038SS
ASUS 1005P
HP 110-30500SS
Nos recuerdo a mi padre y a mí, sentados, hipnotizados por la magia de un señor con chistera en un concesionario de automóviles. Inventaba números, rellenaba un folio con dinero ficticio y tinta azul, con finos ademanes y juegos de manos. Dicen que es la añoranza del mago, la hipnosis del recuerdo.
1 comentario:
Ya es mágico extraer recuerdos a partir de códigos alfanuméricos.
Sabia prestidigitación de las palabras.
Abrazos.
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