Interludio onírico en
Salzsburgo
Una mañana aparece una mujer
muerta arrastrada por la corriente del río Salzach. En su mirada aún está
latiendo la imagen del hombre que la ha matado, y por ello, y siguiendo las
huellas que va dejando al irse apagando en la retina de ella, consiguen
atraparle. Cuando lo hacen se suïcida, y en sus ojos encuentran la imagen de la
mujer asesinada riéndose desnuda mientras un remolino de brazos la succionan
hacia el fondo del río. Un día el detective que llevaba el caso se mira a sí
mismo en un espejo y se ve rodeado de agua por todas partes. A punto de morir
asfixiado, ve cómo la mujer y su asesino se abrazan en relieve sobre el cristal
del espejo y le contemplan burlones mientras el rumor de la corriente crece
hasta hacerse insoportable.
Jesús Aguado
Poesía reunida; Vaso Roto
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