Hoy, en mis sueños, he asistido a una ceremonia de entrega de los Oscar
en la que ganaba el premio a mejor película de habla no inglesa un film
español. El premio lo recogían la directora y los actores. Entre ellos, también se encontraban tres
chimpancés y un caballo que habían participado en la película. Los
animales se desbocaban de alegría. Se volvían locos en el escenario. No había
forma de calmarlos. Era un pánico circense, grotesco. Poco a poco han
conseguido desaparecer todos los personajes (¿qué otra cosa eran?) por una puerta
lateral. El caballo, al salir, propinaba una coz a uno de los actores. El
escenario quedaba completamente vacío durante largos minutos. Mientras tanto, el auditorio
en absoluto silencio. Un silencio infinito.
Como si no existiera nadie
sentado en las butacas.
sentado en las butacas.
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